Alex Castro, jugador de Nacional, tuvo que salir escoltado por Rafael Dudamel
Se excedió en la celebración de un gol y desató la ira de hinchas. Futbolistas también deben aportar a la paz en los estadios.
La violencia sigue marcando de manera negativa el fútbol colombiano, que se encuentra en la recta final para definir el campeón de la Liga en su segunda fase del año.
A lo sucedido en Ibagué, donde un hincha del ‘Vinotinto y oro’, como llaman al club tolimense, fue asesinado este domingo en una reyerta con seguidores de Millonarios al finalizar el encuentro entre estos dos clubes, el sábado hubo dos episodios en el estadio Palmaseca de Palmira (Valle), que antecedieron a este hecho y que han podido desencadenar en tragedia.
El primero lo instigó en desarrollo del juego que protagonizaban en el escenario Deportivo Cali- Atlético Nacional, el futbolista del equipo de Medellín Alex Castro, quien en el minuto 40 del partido, cuando su equipo igualó de manera parcial el encuentro a un tanto, celebró de manera muy particular la anotación.
Castro, quien estaba en el banco de suplentes, se dirigió hacia la tribuna dando saltos de euforia dedicándoles el gol a los hinchas, además realizó con los dos brazos unos gestos dirigidos directamente al público que muchos interpretaron como obscenos y por tanto ofensivos.
Esto le valió que el árbitro del encuentro, John Hinestroza, le mostrara la tarjeta roja de expulsión, en forma fulminante.
Pero la cosa no paró ahí, a pesar de la alegría que despertó en la hinchada caleña el holgado triunfo 3-1 del cuadro azucarero contra los verdolagas, muchos hinchas seguían enfadados con la acción que cometió Alex Castro.
Por ello lo esperaron muy cerca al trayecto que tenía que recorrer del camerino del estadio, hacia el bus que transportaba a los jugadores del equipo paisa.
Los ánimos caldeados de los aficionados caleños provocaron toda suerte de insultos contra el jugador, y a ello siguió el lanzamiento de objetos contundentes que presagiaban algo peor.
Ante ese ánimo hostil tuvo que salir a proteger a Alex Castro el técnico del Deportivo Cali, el venezolano Rafael Dudamel, quien le pidió tranquilidad a la hinchada y acompañó al deportista a subir al bus.
Solo así se pudo calmar a la gente e impedir que la protesta, generada por la acción del futbolista antioqueño, pasara a consecuencias mayores.
No es la primera vez que Alex Castro, un excelente jugador en lo deportivo, provoca incidentes de esta índole no solo contra la hinchada, sino contra sus rivales de equipo en la cancha de juego, como uno protagonizado contra el Deportivo Independiente Medellín en pleno campeonato.
El otro acontecimiento de violencia ligado al fútbol estuvo ligado al mismo partido, cuando al concluir el encuentro hinchas del Deportivo Cali atacaron a pedradas el bus en el que se transportaban los jugadores y cuerpo técnico de Atlético Nacional.
El vehículo tuvo que regresar al estadio y permanecer allí por espacio de una hora cuarenta minutos, mientras la Policía controlaba los desmanes.
Esta es una acción que se ha vuelto recurrente en todos los estadios del país, y que se hace imperioso erradicar para volver a la paz en este deporte.
Dirigentes deportivos de los clubes, cuerpos técnicos, autoridades, e hinchas, tienen la palabra a fin de parar este fenómeno de violencia en un país de hecho convulsionado.
Los futbolistas, como en el caso de Alex Castro, también les corresponde modificar sus comportamientos y contribuir a la pacificación del fútbol.